La junta vecinal del pueblo de Bolmir presidida por Eduardo Ramos programó una fiesta homenaje a Elisa Gutiérrez que ayer cumplió 100 años en compañía de su familia querida, de los vecinos del pueblo y de las autoridades municipales.
Una misa en su honor precedió a la entrega de obsequios a la centenaria mujer que agradeció a todo el mundo tanto detalle y que se acordasen de ella. Elisa Gutiérrez enviudó hace 18 años de Antonio Puente, ex trabajador de Cenemesa que cariñosamente era conocido como Chimenea, teniendo de su matrimonio cinco hijas y un hijo, cinco nietas y cinco nietos y seis bisnietas y siete bisnietos.
Elisa Gutiérrez nunca tuvo una vida de penalidades ni de grandes necesidades, pero si ha tenido explica “una vida sacrificada sobre todo en aquellos tiempos de posguerra en los que su marido trabajaba en la fábrica, y ella se trasladaba por la mañana caminando 13 kilómetros, los que separan Bolmir del pueblo de Bustasur para cavar, sembrar patatas y posteriormente recogerlas, regresando a casa caída la tarde.
Su vida ha sido de sacrificios, de renuncias, de ejemplo para todas sus hijas, de resignación, de buenos principios y de fe, explica Agustina, su hija religiosa que lleva ocho años al cuidado de su madre y que con esta labor se siente gratificada. Conserva una agudeza mental de llamar la atención, con un gran espíritu de lucha por la vida y con ansia de vivir. Es una gran conversadora con don de gentes, teniendo una salud de hierro, una memoria privilegiada y una capacidad visual que la permite continuar leyendo libros a pesar de su edad.
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