martes, 5 de octubre de 2010

Una especie de “ciclón tropical”, pequeños tornados, asolan el domingo el pueblo de Izara

Los vecinos del pueblo de Izara vivieron a media tarde del domingo los efectos devastadores de “una especie de ciclón tropical”, momentos tensos los vividos por los habitantes de las localidades de Izara, Suano, Villacantid y Villaescusa, éste último pueblo perteneciente al municipio de Campoo de Enmedio.

Un pequeño tornado que destruyó el tendido eléctrico y telefónico de Izara, dejando durante tres horas a estos vecinos sin luz hasta que se colocó un grupo electrónico para suministrar la luz al pueblo.

El resto de los núcleos rurales del municipio se salvaron, explica el alcalde de la Hermandad de Campoo de Suso, Pedro Luis Gutiérrez, se salvaron gracias a los anillos colocados para mantener la energía en caso de situaciones críticas como las vividas el domingo.

Se han roto tres torretas de la luz propiedad de Eon, cayendo al suelo como consecuencia del fuerte viento, hasta seis postes de la línea telefónica contados desde la carretera de Matamorosa a Izara. Vientos de más de 137 kilómetros a la hora, soportaron los vecino de Campoo de Suso, en su mayoría de edad avanzada, con el consiguiente miedo en el cuerpo, nos explicaba una de las vecinas afectadas.

Los vecinos de Villacantid también declararon las picias producidas por el viento, “eran remolinos de aire que no guardaba una dirección fija, y que iban actuando contra todos los objetos que se encontraba a su paso”.

Otro de los vecinos de esta localidad, declaró como llegó a ver “pequeños tornados”, que rompían árboles de cuajo y levantaban uralitas de los tejados, poniendo como ejemplo el chalé que Chema está construyendo en Nestares. Este último pueblo de Campoo de Enmedio, fue otro de los pueblos que padeció la dureza del viento con la caída de un árbol que destrozó un muro de la carretera general.

En todos los pueblos ha habido destrozos de consideración, aunque no tan llamativos como los del pueblo de Izara. El viento sin avisar llegó del puerto de Pozazal y actuó con más crudeza con los primeros pueblos que encontró a su paso, Villaescusa, Izara, Suano y Villacantid.

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